Vendedores de cubiertas, ofuscados por control militar en Pedro Juan Caballero

Un grupo de vendedores de cubiertas fue sorprendido por los efectivos militares que controlan la línea internacional (entre Pedro Juan Caballero y Ponta Porã) haciendo pasar al Brasil una decena de cubiertas que previamente fueron solicitadas por un cliente. Los vendedores, ofuscados, atropellaron a los militares y los acusaron de permitir el paso de mercaderías a algunos a cambio de dádivas. Miembros de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) aseguran que solo están cumpliendo órdenes recibidas de los superiores.

La línea internacional entre Pedro Juan Caballero (Paraguay) y Ponta Porã (Brasil) ha sido nuevamente el escenario de un inconveniente entre comerciantes y militares encargados de hacer cumplir el decreto presidencial que dispone el cierre de la frontera.

Los vendedores intentaron hacer llegar el pedido de un cliente al otro lado de la línea fronteriza y fueron sorprendidos por los militares, que lograron impedir la entrega de cubiertas, lo que provocó la reacción de los comerciantes, que en turba atropelló al personal interviniente. Los vendedores acusaron a los militares de “coimear” para permitir el paso de mercaderías. “Son implacables con nosotros, pero con los que pagan son muy permisivos”, indicó uno de vendedores, que prefirió el anonimato.

 

Por su parte, el Tte. Cnel. Luis Apesteguía, portavoz de la FTC, explicó que el personal tiene la orden de no dejar pasar y que está cumpliéndola. “Entendemos que el cierre de frontera afecta económicamente a la población, pero son decisiones políticas que se toman en esa esfera. Nosotros no tenemos injerencia alguna en las decisiones; nos limitamos a cumplir las órdenes”, indicó.

Agregó que dos cubiertas fueron incautadas como evidencia y que, una vez que se documente el procedimiento, serán devueltas al propietario.

Cabe destacar que la Cámara de Comercio de Pedro Juan Caballero había planteado al Gobierno la aprobación de un protocolo que permita la entrega de mercaderías en la línea internacional, que fue aprobado por las autoridades sanitarias. Sin embargo, el pedido no prosperó por una negativa del Gobierno brasileño.